El auge del turismo exótico

El turismo ya no es lo que era. Ha cambiado (como la mayoría de sectores) pero, en este caso, para mejor. Hace años la terminología turista estaba asociada a los visitantes de lugares históricamente comerciales. El centro del turismo mundial era, por poner unos cuantos ejemplos, Buenos Aires, París, Madrid, Milán o Nueva York. A posteriori, los lugares históricos se convirtieron en la nueva moda. En la actualidad, ha cambiado y hemos entrado en una nueva y tercera fase del turismo: el turismo exótico.

¿Por qué la gente ha pasado ahora, después de tanto, a valorar los destinos exóticos? ¿Qué tienen estos lugares recónditos, escondidos en países con poco que ofrecer? ¿Por qué a la gente le gusta tanto hacer turismo exótico?

Esta es una de las principales razones del auge del turismo exótico. Los destinos perdidos ayudan a alejarse de las multitudes, y aunque no cuentan con una gran variedad de circuitos ni opciones, esto acaba siendo una ventaja. Los destinos exóticos son lugares a donde viajes con independencia, donde puedes decidir tu propia ruta y crear un nuevo camino completamente distinto al del resto.

Barcelona, Berlín, Venecia. En general, estos destinos están tan trillados que seguro que conoces a un buen puñado de personas que han ido. Son lugares fantásticos, que de seguro has de visitar alguna vez en tu vida (o incluso varias). Pero, ¿Cuántas personas han viajado a la Polinesia, a Sri Lanka o Nepal? Son experiencias que no todo el mundo ha visitado, y la exclusividad de ser de los pocos que lo ha hecho es muy gratificante.

No nos olvidemos de uno de los actores principales en la elección de los viajes, don Dinero. Al tratarse de destinos a los que viaja menos gente, son muy baratos en comparación a viajar a las capitales mundiales. Elegir un destino exótico te va a permitir viajar más, quedarte más tiempo, comprar más recuerdos o simplemente ahorrar. Sin duda, una de las razones principales de por qué el turismo exótico se está popularizando.